HACER NEGOCIOS EN MÉXICO SE VUELVE UN DEPORTE DE CONTACTO
- Oscar Ramírez
- 12 oct 2022
- 4 Min. de lectura
Cuando hoy se ven algunas cifras a propósito de la inseguridad que viven las empresas en México, resulta sorpresivo que se puedan seguir haciendo negocios en el país. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los datos más recientes respecto a la llamada victimización de las empresas, es decir, todo lo relacionado con los delitos que padecen las empresas en México.

El primer resultado notorio es el hecho de que prácticamente una de cada cuatro empresas en el país sufrió algún tipo de delito durante el año 2021. Pero, incluso hubo sectores en donde el porcentaje fue mayor. Por ejemplo, las empresas del sector comercial, que son más visibles al público, tuvieron un 28 por ciento de incidencia de delitos. Estas cifras, que parecen muy negativas, en realidad implican una mejoría.
Cuando se empezó a levantar esta encuesta, en el año 2011, el porcentaje de empresas que manifestaron haber sufrido un delito fue de 37.4 por ciento, y en el caso del sector comercio llegó al 41.6 por ciento.
Las empresas que más padecen delitos son las medianas, con una impresionante incidencia de 47 por ciento.
Es decir, casi la mitad de las unidades productivas de este tamaño fue víctima de un delito.

Por eso le comentaba que resulta casi increíble que en medio de esta circunstancia haya empresarios dispuestos a continuar con su actividad en el país.
La cifra resulta más preocupante cuando se observa el tipo de delitos más frecuente.
El número uno, con gran distancia, es la extorsión. Aquí, el INEGI agrupa todo tipo de extorsión, tanto el llamado ‘derecho de piso’ que cobran los grupos del crimen organizado como llamadas telefónicas virtuales que piden dinero a las empresas haciendo amenazas.
En los siguientes lugares en incidencia están el robo o asalto, tanto de mercancías como de dinero, insumos o bienes, o bien, el robo hormiga que se realiza al interior de las unidades económicas.
El delito que sigue en la lista corresponde a actos de corrupción. Además de padecer por las acciones de los delincuentes, las empresas también deben pagar por los actos de corrupción a los que están sujetas.
Otro dato escandaloso que reveló el estudio es que sólo el 11.4 por ciento de todos los delitos es denunciado. Es decir, prácticamente 9 de cada 10 delitos cometidos a las empresas ni siquiera se investigan por parte de la autoridad.
La explicación de este hecho es que solamente el 5.1 por ciento de las empresas que denunciaron señalan que se recuperaron sus bienes y apenas el 1.8 por ciento considera que hubo una reparación del daño. Es decir, como en otro tipo de delincuencia, en los delitos que sufren las empresas prevalece la impunidad. Además del daño que padecen por la delincuencia, las empresas en México deben realizar enormes gastos preventivos.

La investigación del INEGI señala que el daño directo que padecieron las empresas fue del orden de 58 mil millones de pesos. Sin embargo, los desembolsos que tuvieron que hacer para tratar de evitar los delitos fueron aún mayores, ya que ascendieron a cerca de 70 mil millones de pesos.
Esto implica desde la instalación de mejores sistemas de seguridad con alarmas y cámaras de videovigilancia, además de la colocación de cerraduras, candados, rejas, bardas o la contratación de servicios de vigilancia y seguridad, así como la contratación de seguros.
Considerando los diversos factores, el costo de la inseguridad para las empresas asciende a casi 130 mil millones de pesos anuales. Cuando se ve este cuadro es que se percibe que se requiere un muy especial espíritu para ser empresario en México pues además de lidiar con todos los problemas naturales vinculados con la operación de sus negocios, adicionalmente, tienen que lidiar con este problema de la inseguridad. Y, lamentablemente no se percibe que en el corto o mediano plazo haya alguna mejoría significativa en esta materia.
Una de las discusiones más intensas vividas recientemente en México corresponde al rol de las Fuerzas Armadas en las tareas de seguridad pública.
Desde 2019 hubo una reforma constitucional que dio el marco legal para que el ejército y la marina realizaran tareas en materia de seguridad ciudadana. La percepción general y las cifras indican que los resultados de dicha intervención han sido relativamente pobres.
Por eso, hay diversos grupos e instituciones que señalan que la única manera de mejorar la seguridad en el país, incluyendo el clima que tienen las empresas para realizar su actividad, es a través del fortalecimiento de las policías municipales y estatales. La intervención de las Fuerzas Armadas en esta tarea y la creación de la Guardia Nacional permitieron en buena medida a los gobiernos locales, de la mayor parte de estados y municipios, desentenderse de las tareas de seguridad pública, ya que se les endosaron al ejército y la marina. Por esa razón, los gobernadores de casi todos los partidos políticos, incluyendo los de oposición, abogan por la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
Es la manera de desentenderse de ese compromiso y asignar los limitados recursos presupuestales que tienen para tareas que den más relieve e imagen a los estados y aún a los municipios.
En México, se han presentado algunas experiencias locales afortunadas, particularmente en ciertas ciudades en diferentes puntos de la República Mexicana, y lo que se aprecia de dichas experiencias de mejoría en las condiciones de seguridad es que siempre han estado relacionadas con el fortalecimiento de las policías. Así que, sin ese tipo de estrategia, va a ser muy complicado que la situación mejore de modo significativo.

Hay una pérdida adicional en los negocios que las estadísticas no reflejan y que no es cuantificable fácilmente. Se trata de todas las inversiones y la actividad económica que no se ha efectuado como producto de estas condiciones de inseguridad.
Probablemente este monto pueda ser tan importante o incluso superior al que calculó el INEGI como el costo directo e indirecto del delito.
Como buena parte de las estadísticas que derivan de circunstancias que proceden de la omisión de acciones, solo hay maneras muy indirectas de aproximarse a ellas.
Pero, simplemente, la caída —a la fecha— de 10 por ciento en la inversión respecto a las cifras de arranque del sexenio, pueden dar una idea de la magnitud.
Así que, las empresas mexicanas o extranjeras que operen en el país deben saber que tendrán que lidiar probablemente por un lapso prolongado con esta complicada circunstancia.
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